Florencia Reid Stuven: la artista del ensamblaje sensible

Artes Visuales

4 de julio de 2025

PorCatalina Billeke Brancoli
Florencia Reid Stuven: la artista del ensamblaje sensible

Desde Frutillar, entre lluvias, papeles y recortes, construye imágenes que son territorios. Su obra, hecha de fragmentos de capas y voces superpuestas, es también una forma de habitar: una voz poética que entrelaza memoria, paisaje, mujeres y sueños.


Por Catalina Billeke Brancoli 


Entre archivos olvidados, dibujos propios y papeles rasgados, su collage da forma a un lenguaje visual íntimo, donde la identidad es también paisaje: múltiple, movedizo, profundamente afectivo. Este es parte del sello de Florencia Reid, artista visual e ilustradora, licenciada en Arte de la Pontificia Universidad Católica (2003), quien desde el año 2009 vive, junto a su familia, en la ciudad de Frutillar.

 

Florencia desarrolla su obra principalmente desde el collage, combinando técnicas análogas y digitales en una búsqueda poética y autobiográfica,con un lenguaje tan singular que es fácil reconocerlo en los diversos proyectos que ha realizado en la cuenca del lago Llanquihue. Además de su práctica artística individual, trabaja en ilustración editorial, murales y talleres de collage. Ha participado en diversas exposiciones individuales y

colectivas en Chile y el extranjero, y ha colaborado con instituciones como Fundación Artesanías de Chile, Fundación El Toldo y diversas editoriales.

Para ella, el territorio no es una geografía delimitada, sino una experiencia viva. Llegar al sur significó, al principio, asombro: la lluvia, los volcanes, los silencios. Con el tiempo, esa impresión inicial se transformó en una forma de pertenencia flexible, en constante cambio. “La identidad del territorio se parece mucho a cómo trabajo el collage: una superposición de fragmentos, de capas que se suman y se transforman”, dice. En su visión, en un mismo lugar pueden convivir historias cruzadas, memorias migrantes y paisajes interiores. Esa multiplicidad, a veces caótica, a veces armónica, es también donde encuentra belleza.

Esa manera de mirar también atraviesa su proceso creativo. El collage no es solo una técnica, sino un lenguaje que le permite pensar y habitar el territorio. Trabaja con lo que encuentra: revistas viejas, papeles pintados, dibujos propios o archivos olvidados. Rasga, pega, borra, vuelve a armar. “Vivir en el sur me ha enseñado que los paisajes y el clima no son estáticos, que la identidad tampoco lo es”, reflexiona. En ese gesto de reunir lo disperso, de dar forma a lo que no encaja del todo, aparece su lectura del sur: un territorio movedizo, que se disuelve y se rearma, que mezcla lo humano y lo natural. Así, el collage deviene también en una forma de pensar la identidad: como un ensamblaje libre, incompleto y verdadero.

En tiempos de fragmentación, Florencia Reid Stuven ofrece una mirada que abraza lo incompleto, lo desplazado, lo íntimo. Su obra no se construye desde certezas ni tampoco desde una visión folclórica —en la que tan fácilmente se cae al hablar del sur—, sino desde una sensibilidad que escucha al territorio y lo reimagina. Un lenguaje visual que no busca verdades fijas, sino conexiones poéticas y múltiples formas de habitar. Conoce más de su obra en www.florenciareid.com