Innovar desde el origen: cómo Corporación Futrono aporta en impulsar la artesanía textil local
20 de noviembre de 2025

En la cuenca del Lago Ranco, el oficio de la lana se proyecta hoy como un motor de desarrollo sostenible. A través de laboratorios, ferias y espacios comunitarios, la Corporación Futrono impulsa una nueva manera de crear: colectiva, identitaria y con visión de futuro.
En Futrono y en gran parte de la cuenca del Lago Ranco, la artesanía se ha tejido históricamente desde el textil. Las manos que trabajan la lana —tejiendo, hilando, tiñendo— han sostenido durante generaciones un oficio ligado al habitar y a la creación de objetos cotidianos que forman parte de la identidad del territorio.
Hoy, ese hacer ancestral se abre también como una oportunidad de desarrollo económico para las familias artesanas. Con mayor dedicación, profesionalización y trabajo colectivo, muchos oficios comienzan a proyectarse como una fuente real de ingresos. En ese camino, el rol de la Corporación Futrono ha sido fundamental. Como señala Catalina Lecaros, “desde Corporación Futrono hemos querido acompañar ese trabajo a través de ferias, proyectos y espacios donde la creación se comparte, recuperando procesos tradicionales y abriendo nuevas formas de creación colectiva”.
Ese acompañamiento se ha materializado en iniciativas concretas como Expo Futrono, feria de artesanía tradicional y contemporánea organizada junto a la Ilustre Municipalidad de Futrono. Creada en 2011, fue una de las primeras acciones de la corporación y nació para reunir a las y los cultores locales, dando visibilidad a sus oficios y generando un espacio estable de comercialización. Antes de su existencia, acceder al trabajo de una artesana o artesano dependía del “dato a dato”. Expo Futrono amplió ese encuentro y consolidó una plataforma que permitió exhibir, vender y conectar con nuevos públicos.

Con los años, la feria se ha posicionado como una de las vitrinas más relevantes de la artesanía tradicional y contemporánea del sur de Chile, convirtiéndose en un hito territorial de la temporada estival. Esa proyección también ha ampliado su alcance. Como señala Catalina Lecaros, “hoy postulan artesanas de territorios muy diversos, desde comunidades aymaras en el norte hasta creadoras de Aysén. Ese cruce de trayectorias y saberes es una riqueza enorme para la feria y un orgullo para nosotros, porque muestra cómo Futrono se ha ido consolidando como un punto de encuentro para la artesanía del país”.
Otro eje central del trabajo de la corporación ha sido la creación de laboratorios y espacios formativos que funcionan como un lugar cuidado, de encuentro y de innovación. Allí priman el respeto y la confianza mutua. Como explica Catalina, “no existe la lógica del experto que enseña frente a quien aprende; aquí todos aportamos desde nuestra propia experiencia”.
Desde esa premisa nació la Escuela de Oficios Tierra de Humos, espacio donde artesanas y artesanos se reúnen para profundizar y especializarse en sus oficios, y donde quienes tienen mayor experticia en técnicas específicas —como el cardado, el hilado o el teñido— acompañan a los demás en un aprendizaje realmente colectivo.

En estos procesos, el diseño también ha cumplido un rol clave. Bajo el acompañamiento del diseñador Ricardo Jiménez, la Corporación ha buscado poner el diseño al servicio de la artesanía: ampliando miradas, interpretando los oficios desde nuevas perspectivas y generando cruces que fortalecen la identidad local sin perder su raíz.
Este diálogo entre técnica, tradición y diseño se ha convertido en uno de los sellos más valorados de Corporación Futrono. Como señala Ricardo, “la innovación no significa abandonar. Significa redireccionar desde el origen, desde el oficio, desde la tradición. Los usos cambian, sí, pero el oficio no se pierde: se adapta y se mantiene vivo”.
El Laboratorio Textil de este año ha sido uno de los espacios más significativos para las artesanas del territorio. Veintisiete mujeres participaron en 23 jornadas de trabajo —96 horas de formación— dedicadas al lavado, cardado, hilado, tintes, carta de colores, urdimbre y bordado en telar, acompañadas por expositoras invitadas y mentoras locales. En este espacio, que la corporación ha consolidado como un lugar cuidado y colaborativo, el proceso se vive de manera colectiva: aprender, corregir, experimentar y compartir saberes sin jerarquías rígidas. Esa apertura metodológica permite que el diseño dialogue con el oficio desde un lugar respetuoso y transformador, donde cada etapa del proceso se comprende en su profundidad.

Como señala el diseñador Ricardo Jiménez, esta mirada compartida visibiliza la cadena productiva y genera un encantamiento, porque “cuando entiendes quién elabora cada etapa, el objeto revela su sentido más íntimo y se vuelve deseo. Ahí aparece la identidad propia. Y también algo más profundo: entender que tu territorio es tu cuerpo, no solo el lugar que habitas. Desde ahí no creas identidad, creas comunidad”.
Ese espíritu se refleja en las participantes. Por ejemplo, Fresia Olaya Aguilera, una de las artesanas del laboratorio, cuenta que “nunca me atreví a hacer un telar grande; necesitaba este impulso para entender que puedo más. Estoy muy agradecida del taller”.
Además del acompañamiento formativo, la Corporación Futrono ha logrado fortalecer el oficio generando un espacio físico estable para el trabajo textil. En sus oficinas hoy funcionan un centro de lavado, cardadoras y cuatro telares mapuche instalados, lo que permite que las artesanas acudan de manera permanente a cardar, urdir, hilar o terminar sus piezas. Este lugar se ha convertido en un pequeño taller comunitario donde el trabajo ya ocurre de forma colectiva, compartiendo herramientas, tiempos y procesos. La proyección es continuar creciendo: la corporación busca habilitar un espacio aún más amplio para sostener el desarrollo del clúster textil que se ha ido consolidando en la comuna.
Ese crecimiento dialoga también con lo que viene: la XIV versión de Expo Futrono, que se realizará del 12 al 15 de febrero de 2026 bajo el lema “Cada pieza cuenta una historia”. Una feria que celebra la artesanía tradicional y contemporánea y que se ha posicionado como uno de los hitos culturales más importantes del verano en la cuenca del Lago Ranco.
Créditos de las imágenes: Corporación Futrono. Uso autorizado exclusivamente para esta publicación.