Viviana Rantul: la historia a través de las fibras y la trama

Entrevistas

28 de septiembre de 2025

PorMaría José Hess Paz
Viviana Rantul: la historia a través de las fibras y la trama

Tejedora en telar y asistente social con diplomado en Gestión Cultural, Viviana recibe a Revista Barco de Papel en su casa, en Purranque. En 2007, aprendió tejido con la maestra Elba Cumian Soto y en 2019 realizó una residencia con Rafael Morquecho en México. Creó el emprendimiento Pu Llallin en 2012, trabajando con Elba y otras artesanas, y actualmente trabaja sola. Recibió el Sello de Excelencia en 2023 y el Sello Indígena en 2024.

 

·         Cuéntame de ti, Viviana, ¿cómo te acercas al oficio?

 

Yo nací en Purranque, vivía cerca de la plaza, y estudié en el colegio de las monjitas. Cuando estaba en quinto básico, en ciencias sociales nos sacaron a recorrer las instituciones y fuimos a Carabineros, a la Cruz Roja, y a la Escuela de Artesanos de Purranque. Ellos siempre exhibían los trabajos que hacían los alumnos en los distintos talleres, uno de esos, textil. Quedamos todos boquiabiertos, a mí me encantó ver la historia de Chile tallada. Me quedé mirando un cuadro donde había unos hombres trabajando, unos sacos de papas, otros con una yunta de bueyes, todo en perspectiva.

 

Y el profesor me explicó que el cuadro que me había gustado no estaba pintado, estaba tejido. Y a mí eso me explotó la cabeza. Y ahí supe que quería estudiar ahí, en la Escuela de Artesanos, trabajar con las manos. Mi papá era carpintero y mi mamá también tiene muchas habilidades y un gusto natural para las cosas.

 

Yo no tenía otro plan en mi vida que no fuera ese. Y resulta que en el año 90, cuando yo salí del colegio, la escuela se cerró, así que me fui a estudiar trabajo social, que también me gusta mucho, porque me gusta trabajar comunidad y en grupo y trabajé hartos años en eso.

 

Un día, mi marido, que trabajaba en la municipalidad, ve a una viejecilla que quería audiencia con el alcalde. Era Elba Cumian, que había sido profesora de textil de la Escuela de Artesanos, y que estaba trabajando ahora en la cosecha de frambuesas. Sabiendo que estaba rayada por aprender, mi marido nos puso en contacto y comenzó a venir la señora Elba a enseñarme, y estuvimos juntas desde 2006 hasta la pandemia.

 

Ella me enseñó el trabajo que sabía hacer en tapicería, que es hacer textiles en un telar vertical, que es muy simple. No es nada más que un bastidor donde se colocan las urdiembres y luego se va tejiendo con las tramas. Y se dice discontinua porque depende del dibujo, tú vas avanzando un poquito con un color o con otro, según el diseño que tú tengas. Entonces me enseñó todo cómo se hacía y ya lo único que yo quería era desocuparme para tejer, y ahí me largué, me lancé, hicimos cosas juntas.

 

Los proyectos

 

Entonces me gané una beca para estudiar gestión cultural en la Universidad de Chile; y decidimos postular a un proyecto con algunos de sus antiguos alumnos de la escuela y contactamos a Alejandra Soto, que está en Puerto Montt y que se dedica a su oficio y a Gloria, y armamos el proyecto y sacamos el primer Fondart que se llamaba Purranque, una historia contada en telar, en 2012, 2013. Y ahí contamos la historia según nuestra mente de lo que fue Purranque, habitado por mapuches hasta que se convirtió en villa, la Villa Lo Burgos, hasta el 1800.

 

Ese telar lo regalamos a la comuna y es parte del patrimonio cultural material e inmaterial de nuestra comuna.

 

·         ¿Y hoy dónde está?

 

En el Teatro Purranque. Después hicimos la segunda parte, ese también lo donamos y lo exhibimos. Y luego nos pidieron uno de Osorno, que mostrara todo lo cosmopolita y lo multicultural que es Osorno, porque tiene mucho de muchas culturas: sirios, árabes, turcos, italianos, alemanes, mapuches, chilenos, franceses.

 

Y lo hicimos, se llamaba 'En recuerdo de los cuncos', cuando Osorno se llamaba Chauracahuin. En ese proyecto trabajamos con Eduardo Rapimán que es un lamngen que es artista visual, le dije si yo te voy contando más o menos lo que soñé, lo que imaginé, ¿tú lo harías? ¿Lo podrías convertir en dibujo? Trajo las maquetas e hicimos los dos tapices con las tejedoras del mismo grupo, Elba Cumián, Gloria Rival, Loida Painao, Rosa Chávez y yo. Y ahí nos pusimos a hacer los telares, nos prestaron una sala en la casa de la cultura y trabajamos ahí.

 

Si el tapiz mide tres metros, tienes que tener una pared de al menos cuatro metros, porque ahí mismo se hace urdimbre del porte de la tela. Entonces, vas de abajo tejiendo hasta llegar arriba.

 

Empezábamos primero tejiendo sentaditas y después arriba de la silla, y así. Y después, andamios para poder llegar arriba a terminar y cortar, sacar, hacer las terminaciones. Así que ahí nos entretuvimos y pudimos hacer esos dos tapices que también fueron donados para que queden también expuestos de manera permanente y como testimonio de lo que, no tanto de lo que fue la Escuela, pero sí de las tejedoras que existen en el territorio.

 

Eduardo luego me invitó a una actividad con la Universidad Autónoma en Temuco, para mostrar lo que están haciendo ahora los artesanos y artistas mapuches, los mapuches del siglo XXI. Ahí llevé el trabajo de Osorno, el de los Cuncos, en ese programa que se llamaba AMA: Arte Mapuche Actual.

 

Expuse entonces lo que significa ser champurria, mestiza, una mestiza que ama mucho lo que es, pero que tuve que construir sola esa parte de mi identidad. Yo todo lo he tenido que ir aprendiendo, preguntando y en la generosidad de algunos, porque no todos te aceptan, pero lo fui logrando. Me pidieron que hiciera un trabajo e hice unos tapices sobre eso, sobre mi dualidad.

 

·         ¿Cómo vives hoy con tu dualidad?

 

Vivo bien. No me pierdo por ser mapuche, no es una cosa mágica. Pero es una cultura que cree en otras cosas, que da importancia a unas cosas más que a otras. No es algo mágico, el respeto está en la persona. No hay por qué tratar de menos, ni tampoco de más, es el respeto a una persona como cualquiera, como el que merece un sirio, un beduino, como el que sea. Me importan mucho esos temas, pero no soy activista…

 

Santos Chávez

 

Elba me enseñó también el tejido en telar de pedales, y con eso yo hago otras cosas: cojines, alfombras, individuales. Me puse a estudiar para inspirarme en los diseños y me di cuenta de cómo en todo el mundo se trabajan las técnicas, está conectado. Fui preguntando a artesanos y tejedores en el mundo: ¿de dónde llegó eso a tu país?" y todos te dicen que el origen está en su país.

 

Nosotros tenemos mucha influencia de la cultura, donde se aprendió esta técnica del tejido de trama discontinua. Cambian los materiales, claro, las tonalidades, por los teñidos naturales, sobre todo, que tienen que ver con los territorios, con lo que encuentras.

 

Y los temas: la naturaleza, el feminismo, la mitología y religiosidad. Y estaba buscando mi tema cuando me encontré con la obra de don Santos Chávez y en particular su obra “Alegría de vivir". De la cabrita que va saltando, el trigal, la luna roja. Y empecé a estudiar la vida de Santos Chávez.

 

Supe que Eva Chávez estaba viva, y empecé a contactarla, cuando vi la xilografía, y supe que tenía que tejerlas porque me conmueven mucho. Son tan dulces, tan tiernas y tan potentes a la vez. Fui a Arauco, y me conmovió mucho porque efectivamente lo que él hace en esas xilografías es exactamente el territorio. Los árboles, el mar, mucha manila, mucho chupón pelado, muchas cabras. Él criaba cabras. Eso me conmovió. Y la señora Eva, durante nueve años, no me aganchó.

 

Después de que ella murió, Juan Pablo Scarella, Presidente de la Fundación Santos Chávez, me dio el vamos con la idea, para que Santos Chávez llegue a todas partes. Hicimos los telares y con eso recorrimos varias partes, el Surazo de Osorno, una señora los llevó a colegios rurales, y otras partes.

 

Otros colores en México

 

Cuando estábamos en ese proceso, postulé a una beca de perfeccionamiento de tapicería a México. Ahí fui con el maestro Rafael Morquecho, y estuve un mes en el taller de gobelinos mexicanos en Guadalajara, entre puros hombres.

 

Aprendí mucho del uso del color, cómo potenciar más. A veces tienen, no sé, 100 colores, pero pueden sacar 500, pero haciendo su hilado mucho más finito. Y combinan este celeste con este rojo y este morado y te da un color y al tejerlo, se ve tal color. Además, no esconden las hebras atrás.

 

Acá, con la señora Elba, el telar vertical de trama discontinua con nudo interior va escondiendo cada hebra con una aguja en el mismo tejido. Entonces, tú lo das vuelta y no sabes cuál es el derecho y cuál es el revés. Está impecable porque es lo mismo.

 

Después de México nos separamos y me largué sola a experimentar y se me ocurrió incorporar no solo la lana de oveja, sino que incorporé también el lino y ñocha. En Purranque fuimos productores de lino. Se me ocurrió hacerlo finito así e irlo hilando. Y gané el sello por la innovación de usar fibra vegetal. Y ahí ya me largué, empecé a hacer eso.

 

Se me ocurrió tejer, así de instinto, un trabajo que fue con el que gané el Sello Indígena, que era un Chañuntuku y quedó tan hermoso. Y yo creo que fue mi abuela que me ayudó porque la mamá de mi papá, ella tejía huichol, quedó tan hermoso.

 

Bienal Révélations 2025 de Francia

 

Tuve un trabajo que me comieron las polillas. Era un trabajo que se desparramaba hacia abajo. Tenía lino, tenía yute, tenía colores. Nunca lo expuse y lo tenía guardado cuando se lo comieron las polillas y lo agradecí, porque aprendí. Fue un mes de trabajo y lo tuve que echar todo al fuego. Ese fue el primero con el que me salí del marco.

Y ahí fue cuando nació Lafquen Kürruf, me puse a tejer con técnicas textiles una cosa tridimensional, arte textil contemporáneo. Ahora incorporo el boqui, que es un boqui que tenemos acá en la cordillera de la costa, y además la manila. Empecé a hacer estas cosas más tridimensionales que fueran capaces de pararse por sí mismas y hablar así un lenguaje.

Ese trabajo que se fue a Francia a la bienal Révélations de artesanía contemporánea es una obra que habla por sí sola, es como un tótem. Y le peiné y le corté las chascas.

 

Para conocer más de Viviana Rantul, sigue su Instagram @pu.llallin

Fotografías obtenidas de: Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio y de Diario Austral Osorno.